EL VIAJE A CATARATAS

Es complicado tratar de narrar un viaje de quince días donde cada día fue un nuevo descubrimiento, cada pueblo un nuevo lugar para conocer, cada fotografía un cuadro diferente mostrando bellas imágenes, convirtiéndose en imborrables recuerdos. Cada amanecer en un sitio diferente, con un clima distinto, con el encanto especial de aquello que se va y no vuelve. Recorrimos once provincias en nuestro viaje…surcamos nuevas rutas; de las once provincias, a cuatro de ellas íbamos por primera vez, completando así la parte norte del mapa de Argentina. Ahora solo nos faltan Santa Cruz y Tierra del Fuego que si Dios quiere, en breve estaremos visitando.

Para quienes nos han seguido en nuestra aventura saben que cada pueblo que cruzábamos o que parábamos, sacábamos fotos y subíamos a nuestras redes, una manera de compartir nuestro viaje con todos ustedes, los amigos que estaban acompañándonos, ávidos de imágenes y por otro lado preocupados y ocupados en que nuestro viaje fuera placentero, estando “ahí” por si algo nos hacia falta… da gusto viajar con todos ustedes. El primer tramo del viaje fue bastante rápido, dado que conocíamos perfectamente las ciudades y las rutas de la salida de Mendoza (Real del Padre, Monte Coman, La Horqueta) y el ingreso a San Luis atravesando Beazley, Capital, La Toma, La Punilla, para ingresar a Córdoba por Achiras, Rio Cuarto, La Higuera, todos sitios preciosos que hemos transitado miles de veces, pero que siempre tienen algo diferente para mostrar al viajero.




Nuestro motor home es conducido por Horacio a no más de 90 km/h, lo que te permite apreciar y disfrutar cada uno de los detalles del camino: las construcciones, el estado de la ruta, los campos aledaños que tipo de sembrado tienen y así todo, entonces vas andando y te vas nutriendo de todo lo que te rodea. Mi tarea como copiloto: sacar fotos, cebar mates, enchufar las cámaras y asistir al piloto en todo lo necesario como poner el próximo pueblo en el GPS y vigilar de cerca el mapa de papel, todo esto cuando ingresábamos a rutas nuevas, cosa que sucedió a partir de Villa Angela, Chaco. Cuando partimos nuestra Sprinter marcaba 800.000 km, al volver indicaba 805.284, por ende, esa fue la duración en km de nuestro viaje: 5284 km en 15 días.



Arrancamos el 4 de septiembre a las 5.43 de la mañana, la ansiedad se anidaba en nuestros corazones y nos hacía imaginar como serían las Cataratas, obvio que uno conoce videos y fotos, pero nunca es lo mismo, verlas en vivo y directo sería otra cosa, sin duda alguna… a las 15:32 ya estábamos en Gral. Cabrera (Cba), fotografiando la plaza cuando de FM Amistad 107.7 nos invitan a hacer una nota, claro contando que andábamos haciendo, de nuestros viajes, nuestras actividades, en fin… obvio, nos encantó… A las 19:40 estábamos en Villa María, allí paramos a descansar en una ypf, dormimos como angelitos y tengo que decir que en cada lado que dormimos todo fue genial.





Luego más adelante paramos en Las Varillas, fuimos a pedir permiso en la Municipalidad para vender artesanías en la plaza y no nos permitieron, al salir, a veinte metros había un mantero vendiendo; obvio volvimos a reclamar y nos dijeron que siempre lo saca la policía y vuelve… en fin, nos fuimos. No teníamos ganas ni de discusiones ni de malos ratos, pero las normas que no son iguales para todos, no son normas… Y así siguió nuestro viaje, cruzando Córdoba, recorriendo cada pueblo, disfrutando, fotografiando. Siempre he contado que por lo general los pueblos más antiguos son similares en diseño: plaza central y rodeándola, los edificios públicos. Y así hacíamos en cada lugar, buscar la plaza central y fotografiar su Municipalidad, Consejo, Iglesia y resto de edificios.




Este camino que llevábamos no era nuevo para nosotros, ya que por muchos años lo recorrimos para ir a Villa Angela, Chaco, al evento de aeromodelismo, solo que esta vez disfrutábamos un poco más cada lugar. El primer objetivo era visitar a nuestros amigos la familia Ripoll. Así que continuamos viajando, rumbo al norte de Santa Fé, a Ceres, para luego salir para Villa Angela. En Ceres también tenemos amigos de hace muchos años, nuestra idea era pasar y saludar a los que encontráramos, lo que no esperábamos era la invitación a almorzar del “Sacha” y Silvia, que como siempre, super generosos y felices de recibirnos, allí estaban esperándonos al pasar.




El día 6 almorzamos con ellos, nos charlamos todo, y después de comer seguimos con rumbo a Villa Ángela. Faltaban unos 400 Km de nada, ruta y campo… muy pocos pueblos, en los cuales no quisimos detenernos dado que la soledad de la ruta, más la noche que se avecinaba nos impulsaba a querer llegar a Villa Angela. A las 20.30 arribábamos a la ciudad que vio nacer al gran Luis Landriscina. Qué lindo fue fundirnos en un abrazo con Amalia, Juancho y luego uno a uno de toda la flia; encontrarme que mi amiga es bisabuela de un precioso bebé “Lucca” hijo de Ale, a quien vi crecer junto a su hermano Nico… ahí es cuando uno descubre cómo pasa el tiempo. ¿Pero saben qué? El cariño sigue intacto, el respeto, el amor, la ternura, todo está igual, una amistad que maduró en el tiempo y la distancia. Un gran tesoro…

PARTE II