PARTE III

Y sí… siempre tratamos de tomarnos las cosas con buen humor, ¿qué dice el refrán? “Si tiene solución no es problema, si no tiene solución tampoco es problema, entonces ¿para que te vas a hacer problemas? A las 8:10 de ese día (11-09) salimos de Puerto Rico y de pronto el motor home parecía un sonajero, así que en el pueblo siguiente –Alcazar- apenas media hora después, decidimos buscar taller mecánico. Nos atendieron super bien, pero no estaba en las manos de quien nos atendió, solucionar el tema, dado que aparentemente era un problema relacionado con electricidad del automotor.
No quedó otra que arrancar con nuestro sonajero propio hasta el próximo pueblo: Montecarlo, una hora de viaje aproximadamente. Ya para estas alturas del viaje, los caminos que transitábamos eran continuas subidas y bajadas, hermosos y muy pintorescos caminos poblados de bosques de pinos y Araucarias, maravillosa combinación de paisajes colina arriba y colina abajo… Llegamos a Montecarlo, al taller de los Frasch a las 10.30 y a las 16.30 arrancábamos con el motor home perfectamente arreglado. Con excelente predisposición revisaron la Sprinter, diagnosticaron y se abocaron a conseguir el repuesto nuevo y hacer el cambio (la tapa del alternador se había roto).
Mientras tanto yo salí a caminar un poco, compré algunos víveres y bebidas frescas y retorné para sentarme a la sombrita, y actualizar la subida de fotos. Fueron seis horas interminables, con muchísimo calor y humedad. Pero cuando uno está en el baile tiene que bailar, así que con la mejor predisposición más la simpatía de quienes nos atendían la Sprinter, esas seis horas pasaron bastante rápido y por lo menos con risas. El calor de la jornada más la preocupación, los nervios, la ansiedad nos cansaron bastante, así que salimos de Montecarlo con idea de seguir viajando, pero ahí nomás en El Dorado decidimos parar en una Shell a comer algo y luego dormir...



PARTE IV- MINAS DE WANDA – CATARATAS


Luego del desayuno en el Dorado arrancamos con la continuidad de nuestro viaje. La Sprinter había quedado perfecta, asi que mateando y escuchando buena música, partimos 7.30 y al poco rato, más o menos 8.10 estábamos llegando a las Minas de Wanda, un sitio muy nombrado pero desconocido para nosotros y que nos habian recomendado visitar. Las Minas de Wanda es un sitio turístico precioso pero además del cual se aprende muchísimo y se aprecian bellezas incomparables. Para quienes no conocíamos que significaba hablar de un yacimiento de piedras semipreciosas, haber hallado este lugar es realmente maravilloso. Descubierta en el año 1976, y ya no explotada por estos días, ha quedado para ser visitada por innumerables turistas que a lo largo del día desfilan por allí conociendo los túneles, las piedras que aún siguen insertas en el yacimiento, pues de moverlas se alteraría la estructura; piedras algunas muy hermosas y llamativas, hasta irreales por momentos.


Acompañados de un guia muy simpático “Germán”, completamos el recorrido preparado para los turistas, saliendo luego a una surtida tienda de piedras, objetos con piedras, adornos... pero allí no permitían tomar fotografías, por ende me quedé con las ganas... tambien visitamos el museo del lugar y un sitio entre la naturaleza que recreaba los mitos guaraníes. Alrededor de las 10 de la mañana partimos de la Minas de Wanda rumbo a Cataratas, faltaba muy poquito ya, la ansiedad me tenía mal... Apenas una hora despues, 11 de la mañana estábamos estacionando la Sprinter en el estacionamiento habilitado y pago de Cataratas. Tomamos la mochila, la botella de agua, cerramos la camioneta y cruzamos la calle en busca de instrucciones. Primero pagas la entrada junto con el estacionamiento, $ 2500 y 1880 respectivamente, jubilados ingresan gratis.




Tenes la opción de hacer los recorridos caminando o te acerca un trencito. Hay diferentes recorridos qeu incluso podes hacerlos a gusto. Nosotros optamos por ir a la Garganta del Diablo, en trencito, para lo que nos dieron los pasajes con la respectiva ubicación, costo incluido en la entrada. En sí, todo lo que involucra Cataratas y la magnitud del paseo, el costo es razonable. Lo que no es razonable es el costo de los productos que podes adquirir allí: comida, bebida, artesanias, ropa... una pena, todo es incomprable, una remera doce mil pesos, cuando afuera, en Puerto Iguazú, la misma remera con el mismo bordado vale 6000, traerte un recuerdito implica mucho dinero, ni hablar de traerle a la familia, asi que es lo única que te desilusiona, al menos a mí. Por lo demás Cataratas es indescriptible: vas transitando con el trencito por un maravilloso bosque colmado de vegetación, escuchando los sonidos de las aves, respirando ese inigualable aire tan puro y oyendo de fondo el sonido del agua que cae y golpea y arroja llovizna... y te vas imaginando que podes llegar a encontrar.




Cada curva te acerca más y más y la ansiedad te invita a mirar cada curva con una atención especial, pues te parece que ahí mismo pueden surgir... Y finalmente llegas a la Estación Cataratas, desciendes y tus ojos buscan ávidos de donde proviene el inconfundible sonido del agua cayendo... y la marea humana te lleva, empiezas a caminar, a transitar la pasarela que te conduce a la mismísima Garganta del Diablo y parece nunca terminar. Para acá, para allá, más bosque, menos bosque, ahora sobre el río... y la caminata sigue... te vas cruzando con los que vuelven, muchísima gente, la pasarela apenas alcanza. Hasta que por fin... allí están: las maravillosas Cataratas del Iguazú, un espectáculo indescriptible, que emociona, que te hace ver cuan pequeños somos en el mundo, y peleas codo a codo para poder acercarte al barandal y ver un poquito más, porque es tanta la gente que te cuesta (más a mi que soy petisa, jaja). Y sacas fotos y filmas... y te invitan a tener tu foto por solo $ 5000.- (cinco mil pesos una foto!!! Que te pasa? Si existen las selfies ahora)... Y seguis caminando para la derecha y te encontras con ese inmenso hoyo-remolino cuyo movimiento constante te hipnotiza y te asombra, y no te queres ir, te queres quedar mirando absorto, en silencio, dejando que tus lágrimas de emoción fluyan... unos gritan, otros ríen, otros lloramos... cada uno disfrutamos a nuestra manera de ese momento inolvidable que quedará guardado en lo más profundo del corazón. Haber soñado tantas veces con conocer las Cataratas, esperar tanto el momento de jubilarme y viajar y concretar ese sueño... ya está lo logramos... fuimos, conocimos, disfrutamos, volvimos... ya estamos tras el próximo sueño... te prendes????

PARTE IV